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Publicado: Martes, 30 Junio 2015 07:47
Nota de Opinión.
Cuando parecía que Central Córdoba alzaba vuelo, la nave volvió a caer. ¿Qué le pasó al equipo que conduce Luis Medero? Una respuesta que se tiene que encontrar “con pinzas”, porque hay que ser claro con el mensaje.
El equipo “ferroviario” dispone de futbolistas individualmente facultados o para el desequilibrio personal o para descubrir una jugada impensada.
El problema que tiene hoy por hoy es de funcionamiento. Más allá de que durante la racha positiva que tuvo, fundamentalmente de local, cuando ganó cinco partidos en fila y que le permitió salir de la zona de descenso, el equipo no jugó de manera brillante, evidenció facultades suficientes para sacar partidos adelante, algo que lo perdió en estos momentos.
Los ataques derivados de acciones combinativas son muy escasos y eso lo sufrió en estos últimos tres partidos, donde falló enormemente en la definición, que lo privó de sumar puntos. El caso más claro fue en los últimos dos partidos, donde los rivales ocasionales (primero Unión de Mar del Plata y el domingo Ferro Carril Oeste) quedaron con un jugador de menos y la falta de jugadas claras en los arcos por la falta de ideas en los metros finales, conllevaron a perder esos partidos aún con ese handicap que el rival “le ofreció”.
Carabajal, García, Prieto y Lazo (sólo por nombrar a algunos), son jugadores importantes dentro de la fisonomía, pero nunca se asociaron, nunca tuvieron la misma sintonía a la hora de armar juego; es un problema de conexión. También se pudo ver que Prieto y Bastianini no pueden jugar juntos. Corren en distintos sentidos y cuando pisan el área nunca están cerca para sacar provecho de algún rebote como desenlace de uno u otro delantero.
Se siente que la recuperación de Matías García puede traerle alguna que otra solución al equipo. El enganche recién está tomando ritmo de juego tras su largo parate por lesión y podría servirle al equipo siempre y cuando entienda que tiene que jugar en equipo, que es él quien debe ser la punta del ovillo de cada ataque del equipo.
Además, hay jugadores que evidenciaron o sintieron el trajín del campeonato. Caso Salto,Sequeira y Pato, jugadores de la cantera, pero que se “graduaron” de jugadores de B Nacional a partir de la continuidad que tuvieron en el equipo. Es por eso que también se les puede exigir como a los más experimentados. Aquí ya no hay chicos y grandes,Central Córdoba tiene nombres y hombres que están capacitados para aguantar las exigencias que la B Nacional tiene. Tiene tiempo y recursos para provocar un funcionamiento mejor.
El nivel de su plantel todavía no se corresponde con la calidad del juego colectivo y es por eso que debe permitirse el cambio para volver a saborear las mieles del éxito. Por ahora no es tarde.
FUENTE: NUEVO DIARIO.