El cambalache de la improvisación
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- Publicado: Jueves, 28 Julio 2022 14:03
La realidad de Central Córdoba es cruel y dura. Al borde del descenso, la Liga Profesional del fútbol argentino no se detiene, y desde su ascenso del Reducido en Junín ante Sarmiento allá en el 2019 hasta estos días, tuvo seis procesos de entrenadores, con pandemia incluida, que hablan a las claras de la inestabilidad, donde los resultados mandan, como siempre en el fútbol argentino.
La excursión del equipo ferroviario se encuentra nuevamente en zona de descenso directo, y la inmadurez dirigencial, al no estar preparado para caminar en una de las cinco ligas más importante del mundo, determina un debilitamiento de cada proceso, y los errores se siguen repitiendo, en forma paulatina. No hay gente idónea, ni tampoco preparada para tal fin. El objetivo de muchos de tener un equipo en primera división más de 10 años, se agudiza, y en el peor de los casos, se sigue minimizando ante la total desilusión de sus hinchas.
EL PROCESO
La historia comenzó con Gustavo Coleoni, entrenador que llegó en el 2017 en el Ex Nacional B, luego descendió al Federal A, y en 452 días llegó a primera división. Un total de 123 partidos, con 52 victorias, 42 empates y 29 derrotas, Ya en la máxima categoría, la primera etapa del “Sapito” dejó al equipo en zona de descenso en la Liga Profesional, pero AFA determinó la suspensión por dos años del descenso, y con eso, se salvó el equipo del Barrio Oeste, gracias a la pandemia. De eso, nadie discute.
Alfredo Berti fue la segunda propuesta de la dirigencia, con la llegada de Alexis Ferrero como manager. Berti estuvo poquísimo tiempo, vino en junio y se fue en diciembre del 2020 con el desarrollo de la “Copa Diego Maradona” en plena pandemia cuando los partidos se jugaban sin público. Con el buzo de DT, Berti disputó 6 partidos, con una victoria, dos empates y tres derrotas, y lo fueron en medio de un caos, ya que la dupla Ferrero- Scolari dirigieron al equipo, los últimos partidos, donde muchos aseguran que hubo un pase de facturas con la consiguiente salida del entrenador rosarino.
Había que despertar al hincha, inyectarle un cambio y también mostrar la ansiedad de la gente en volver a creer en el equipo. Con la ruptura impuesta entre Ferrero y el “clan” del Sapito, se arrodillaron para el regreso de Gustavo Coleoni, de nuevo para intentar resucitar. Lo terminaron usando al entrenador cordobés, que no pudo hacer ningún milagro que todos esperaban. El segundo proceso de Coleoni fue muy corto, donde de 27 puntos, solamente pudo cosechar 7 puntos, donde tampoco ayudaron los resultados, y después del 2-4 ante Rosario Central en el Madre de Ciudades, en plena conferencia de prensa, lo echaron al adiestrador táctico: "Esto es fútbol, fue una charla cordial con la comisión directiva más allá de que les dije que no coincidía con la decisión. Merecía un poco más de banca, y un poco de respeto”, aseveró.
Ya sin rumbos, optaron por un entrenador que todos apuntaban como el verdadero salvador. En septiembre del 2021, firmaba su contrato Sergio Rondina, pero duró solamente 10 meses, y el 4 de julio del 2022 se fue de Central Córdoba por la puerta de atrás, dejando en su haber 37 partidos, con 10 victorias, 10 derrotas y 17 derrotas. Se fue un lunes y el jueves, ya era el nuevo entrenador de Colón de Santa Fe. En fin, el fútbol todo lo puede.
Cerca del precipicio, se armó una comisión de fútbol, donde lo fueron a Alexis Ferrero, y por tres partidos, agarró el equipo Adrián Adrover, donde Ferrero lo hizo desembarcar en Central Córdoba como entrenador de reserva. Adrover debutó con un empate en La Plata con Estudiantes (2-2), y sumó dos derrotas más (Patronato 1/3 y Platense 0/2). La soga se cortó por lo más fino. Adrover no estaba capacitado para tal desafío, y únicamente en Central Córdoba pudo dirigir en la Liga Profesional ante la desorientación de los que manejan el fútbol.
Ahora llegó Abel Balbo que viene a realizar su primera experiencia en el fútbol argentino, en un club que necesita muchos puntos. Hay un proceso que asimilar y otro por aprender. Los resultados serán el mejor parámetro para medir su continuidad en primera división.
Balbo viene a cambiar la atmósfera que reina en el Barrio Oeste. Julio Lamas es uno de los colaboradores que presentó el nuevo cuerpo técnico. No comenzó de la mejor manera, con una derrota en casa. Pero hay un tiempo para la recuperación.
El cambalache que absorbe a Central Córdoba se debe, fundamentalmente, que no hubo gente capacitada para tal proceso de crecimiento, y las urgencias son el común denominador por estas horas.
Pep Guardiola definió el trabajo del entrenador con la misma maestría con la que juegan sus equipos: “No hay tiempo para poder entrenar. Sólo es recuperación y partido. No hay tiempo para poder mejorar al equipo. Es sobrevivir”, por supuesto que hablamos de otra atmosfera profesional.
Cinco entrenadores en seis procesos de 33 meses de competencia en primera división. Los tiempos también se acortan. Más de 150 jugadores llegaron, y casi la misma cantidad de futbolistas se fueron. En el ida y vuelta, queda la sensación de fracaso. Tal vez la realidad con Abel Balbo pueda cambiar, y enderezar la durísima realidad. Habrá que equivocarse lo menos posible en lo dirigencial. Tampoco hay un equipo y jugadores para lograr otros objetivos. Hay 17 fechas en juego, y cada capítulo será un resorte de la calculadora, con el porcentaje de los puntos en juego para intentar la permanencia.
Después podemos hablar de las obras, de las inferiores, de la reserva y del estadio que se renovó completamente, pero muchas veces, el hincha quiere otra cosa. “El fútbol argentino necesita de dirigentes preparados”, lo dijo César Luis Menotti, alguien que de fútbol sabe alguito, y mucho de razón tiene.
Los resultados mandan, y hay procesos que se cumplen. Central Córdoba necesita salir del pozo, ya que los responsables de esta situación tienen nombres y apellidos. Aunque eso poco importante ante la necesidad imperiosa de resucitar como el Ave Fenix.
ABC