¿A qué juega Central Córdoba?
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- Categoría: Fútbol
- Publicado: Martes, 17 Noviembre 2020 00:53
Nota de Opinión: Por "Gringo" Ceballos.
El título de ésta columna es muy difícil de responder, más aún después de una derrota inobjetable como la que tuvo Central Córdoba anoche ante Colón en Santa Fe. Pregunta que, asimismo, se habrá repetido en todas las cabezas de los hinchas ferroviarios y de propios y extraños que miraron el partido. Son esas derrotas que duelen, pero sobre todo preocupan y generan angustia, porque en el horizonte solo se avizoran nubarrones oscuros.
Que le conviertan a Central Córdoba de entrada se hizo natural en la era Berti, y así es muy complejo trabajar lo planificado. Más allá de eso, que no sirve como excusa, en el Cementerio de los Elefantes el elenco santiagueño fue una hormiga, algo diminuto, demasiado pequeño para un club con otras pretensiones. El entrenador insiste con un mediocampo que no le da beneficios al equipo. Colón podía haber liquidado la historia en el primer tiempo, pero no lo hizo por su propia ineficacia. No aprovechó el camino despejado que había entre los dos centrales ferroviarios, ni las facilidades que se le otorgaban en cada centímetro del campo.
Está dicho: la única posibilidad de que Central sea profundo con este esquema, son las escaladas de sus laterales. Pero cuando el rival te estudia e impide que utilices tu única arma, quedás preso de la impotencia. Y eso le pasó a Central. Berti, haciendo una burda imitación del Loco Bielsa, sacó a Argañaraz (el más fácil de sacar, claro) antes de la media hora, quemando al juvenil y exponiendo sus propias limitaciones estratégicas y tácticas. Para analizar, corregir y barajar de nuevo están los entrenamientos, no los partidos. Argañaraz no tiene la culpa de los errores conceptuales del técnico.
En el complemento jamás dió la sensación que la victoria del Sabalero corría peligro. Excesivos pelotazos frontales e innumerables fueras de juego de Riaño, hicieron subir la presión arterial de más de uno. Veinte minutos para Vella y Rosales parecieron poco para un equipo que venía siendo apático toda la noche. El Pulga Rodríguez liquidó el pleito con un gol de una belleza inconmensurable. Fue 2 a 0 y pudieron ser más.
Central Córdoba quedó último, lejos de la conversación en su zona. Y enfrente no hay ningún cuco. En una Copa que no suma para los promedios, que no te hace sentir visitante en ninguna cancha, en donde no tenés la presión de tu propia gente en el Terrera, ¿A qué le teme Central? Si no arriesga en este contexto, ¿Cuando arriesgará Berti? Parece un muchacho que está en el bar, tiene pinta, unos mangos en el bolsillo y no se anima a ir por la chica bonita que lo mira del otro lado. ¡Hay que animarse Central! Antes que sea demasiado tarde.
Por el Gringo Ceballos