¿Qué es la vida de Luis Dimas Ovejero?
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- Categoría: Fútbol
- Publicado: Lunes, 11 Mayo 2020 17:37
Un campeón de la vida y del fútbol. Un jugador diferente que ganó todo. Fue ídolo en Insttuto de Córdoba, en Atlético Rafaela y ascendió con Unión Obrera de Loreto. Un personaje de la vida.
El personaje de hoy es Luis Dimas Ovejero. Tiene 54 años (05-05-66) y fue otro de los muy buenos jugadores que dio el fútbol santiagueño a nivel país. Lo descubrió “Chocharo” Santillán y lo hizo debutar en la
quinta de Comercio a los 15 años. Luego ascendió con Unión Obrera de Loreto, Güemes, Instituto de Córdoba, Atlético Rafaela, Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Unión Santiago, Sarmiento, Central Córdoba e Independiente de Beltrán. En todos los clubes dio vueltas olímpicas con ascensos incluidos.
Siendo maestro mayor de obra, hoy se dedica a la construcción junto a sus hermanos: “El fútbol me dio todo, muy buenos amigos y muchas alegrías. Soy un eterno agradecido”, nos señala.
“Uno de mis peores recuerdos fue la grave lesión en el tobillo que me costó muchísimo recuperarme. Y mi mejor entrenador fue Rafael Guido Garnica”, resalta en primera persona. También el fútbol le dejó grandes amigos como “Cachín” Vélez, Carlos Goyén, Gustavo Alfaro y Mario Lobo, y explica que uno de los mejores equipos que integró fue el “Lobo” jujeño del 93-94 donde ascendió a primera división con Francisco “Pancho” Ferraro como DT y teniendo a compañeros bien santiagueños como Luis Asili, Roger Gerez y Omar Orellano: “Un equipazo dentro y fuera de la cancha”, nos dice.
Recuerda que su mejor gol fue una estupenda chilena en el clásico Instituto- Racing de Córdoba en el 89, que hasta el día de hoy lo recuerda: “Hice goles importantes, pero ese partido fue algo muy especial por la rivalidad y por el triunfo, que me dejó marcado”, especifica.
Para dar un pantallazo de su vida lleno de recuerdos comentó que es padrino de una de las hijas de Omar Orellano, y que a la vez es cuñado de Alex Zaineddín, y lo relata con doble anécdotas muy jugosas: “En Jujuy, Omar vivía en una casa compartida con otros jugadores. En esa oportunidad, Orellano estaba preocupado porque venía su señora a pasar el fin de semana y me habla para que le preste mi departamento. Le dije no había problemas. Pasaron los días y a los dos meses me comenta que su esposa estaba embarazada gracias al gran favor que le había hecho, y como no podía ser de otra manera, me eligió el padrino de su hermosa hija”, relata en forma risueña.
La otra grafica que eran compañeros con Zaineddín en Sarmiento de La Banda: “Salimos campeones y en la foto del diario aparece el equipo. Una amiga de mi hermana se enamora a simple vista, y me pide que lo invite a comer pizzas en casa. El “Turco” viene a conocerla a su admiradora y se termina enamorando y casando con mi hermana. No hay caso, el destino de la vida”, recalca Luis.
Por último, nos cuenta una intimidad: “Yo siempre jugué con zapatillas en el barrio, y cuando llegó a Comercio, “Chocharo” Santillán me habla clarito y había fabricado unos botines sin tapones para que jugará. Esa mañana hice cinco goles y jugué mucho tiempo con esos botines que me dejaron enormes recuerdos de mi niñez. Para mí era el botín de Oro”.
Luis Dimas Ovejero, un humilde laburador del fútbol y de su barrio. Merece algo más que un reconocimiento, pero el mejor premio le dio la enciclopedia de la vida, donde cosechó miles de amigos y tiene una faceta intima de unos pocos mortales, que pese de haber tenido grandes vidrieras en el mundo del fútbol, las luces nunca lo encandilaron por su humildad. Un capo.
POR RENÉ PAZ