Humillación Histórica
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- Publicado: Domingo, 12 Diciembre 2021 17:49
Nota de Opinión: Por Rubén Ceballos.
¿Cómo explicar con argumentos futbolísticos una derrota como esta? ¿Dónde se pueden encontrar las razones del humillante 1-8? Hasta la injusta expulsión de Vega queda en segundo plano. Ni siquiera en eso puede quedar el foco. Hay muchas maneras de perder (y con Boca o River seguramente se perderá siempre), pero así no muchachos, así no. Son esas derrotas que te hacen retorcer las tripas, la de los hinchas, claro, porque muchos de estos jugadores no seguirán en el club y ni siquiera se recordarán sus nombres, pero para la historia quedará que Central Córdoba perdió 8 a 1, mientras los responsables seguirán con sus mediocres carreras en otras latitudes.
Cuando la Reserva terminó con 7 goles adentro (hay que extirpar a los ineptos que la manejan), todos pensamos que la Primera iba a redimir a los colores. Nada de eso sucedió. Fue como ver en el cine dos veces seguidas la misma película de terror. Central Córdoba fue un partenaire insulso que dejó que Boca celebre sin ningún tipo de contemplaciones. Parecía invitado a una fiesta en la cuál el anfitrión podía hacer con el lo que quisiera. Nadie se rebeló ante esa realidad recalcitrante. Nadie.
Ya pintaba feo cuando te hace un gol de cabeza Pavón (jamás cabeceó una pelota en su vida). Empeoró cuando Vega intenta dar un golpe en una compulsa con Varela y Vigliano, informado por el 4to árbitro, lo expulsa injustamente (con una amarilla bastaba). De todas maneras, ¿el capitán no sabe que los árbitros miden las acciones ante los grandes con distinta vara? Vega pecó de ingenuo, por no utilizar otra palabra. Desde ahí el Ferroviario se desmoronó como un castillo de arena cuando sube la marea.
Taborda sin reacción en la mayoría de los goles, Bettini -gracias y hasta nunca- bailado por Zeballos y haciendo un penal estúpido, la defensa sacada y sin marcar a nadie, Rondina haciendo mal el cambio por Melano (había que sacar a Ribas y quedar 4-4-1), fueron demasiadas facilidades para un equipo alternativo de Battaglia que se hizo un festín con sus gambeteadores de arriba (Molinas, Pavón, Zeballos y Salvio). Siempre dio la sensación que si Boca aceleraba iba a hacer un gol. Eran esas noches que se hacen interminables y rogas que lo que estas viviendo sea solo una pesadilla. Pero no, todo era verdad.
Los cambios de Rondina en el complemento corrigieron su error y uno pensaba que el equipo iba a cerrar las tranqueras para que la noche no sea mas catastrófica todavía. Pero solo fue un espejismo. Los goles auriazules siguieron llegando sin piedad. Central era un punching ball. Cada gol aumentaba la vergüenza, adentro y afuera. El 8 a 1 es doloroso hasta para escribirlo.
Hoy no se puede hacer un balance de nada. Hay que curar este dolor de estómago. Lo único positivo es que muchos de estos jugadores no seguirán. Que a los nuevos los elija gente idónea y no los que nunca se cansan de cometer errores. Central Córdoba es muy grande y no debe ser nunca mas partenaire de los grandes. Se podrá perder claro, esto es fútbol, pero con hidalguía. El Ferroviario ya supo competir con los otros grandes y les ganó. Pero no puede seguir sucediendo, que cada vez que enfrenta a Boca o River, sea un equipito diminuto. Ya no. Los cholulos, afuera. Los que tienen miedo escénico, afuera. Sentido de pertenencia y respeto por la camiseta. No se les pide más.