Acostumbrado a perder
- Detalles
- Publicado: Miércoles, 20 Octubre 2021 01:07
Nota de Opinión: Por Rubén "Gringo" Ceballos.
Central Córdoba volvió a perder. Cuando un título así ya no es noticia significa que algo se volvió reiterativo y ya no sorprende a nadie. Esto le pasa en la actualidad al Ferroviario: tiene un equipo que se acostumbró a perder. Pierde con rivales superiores, a priori, como River, Lanús, Colón o el mismo Vélez; pero también pierde o no les gana a contrincantes que están en su misma lucha, como Huracán o Godoy Cruz. Así viene el ciclo de Rondina.
Vélez es uno de los mejores equipos del fútbol argentino. No es casualidad que esté primero en la Tabla Anual, lo que demuestra su regularidad en el 2021. Bueno, eso se notó en el primer tiempo. Hubo un sólo equipo en cancha: el de Pellegrino. Dueños de la pelota y el terreno, tuvieron paciencia para buscar los caminos a Rigamonti. Con cambios de frente constantes, pudieron llegar al gol de Mancuello. Merecidísimo.
En ese primer tiempo, el local se cansó de correr por detrás de la pelota. Las pocas veces que la consiguió se la devolvió a los rivales (sobre todo Galeano y Mier). El golazo de Martínez para empatar fue totalmente "out of context". Inmerecidísimo. Salió Mier lesionado (nadie había notado que estaba en cancha) y el ingreso de Montenegro acomodó al equipo, sin querer queriendo.
Ya en el complemento se notaba una mayor paridad, con Central jugando más en campo enemigo, y eso ilusionó a la gente. No obstante, el Fortín tuvo sus minutos arrinconando al conjunto santiagueño en su propia valla y Lucero, en la primera que tocó, la mandó a guardar. Dos goles de cabeza. Y en los dos participó Mancuello, la figura de la cancha.
Con más voluntad que juego, Central Córdoba buscó el empate, generó algunas opciones, reclamó una mano en el área visitante, pero no le alcanzó. Ante estos rivales necesitas un plus, otra jerarquía. Vélez también pudo liquidarlo en alguna contra, pero igual terminó festejando el 2 a 1.
Las canciones de la gente sobre el final para repudiar a los jugadores le fue bajando el telón a la noche. La responsabilidad de este pésimo momento está dentro de la cancha, pero también en las oficinas del club. Rondina tiene mucho trabajo por delante y un fixture que depara en las próximas fechas rivales directos. Si no se puede sumar ante los mejores, Central Córdoba está obligado a rescatar puntos ante los de su calibre. Es la única manera de apaciguar la indignación general.