Que sea un punto de partida
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- Publicado: Viernes, 15 Octubre 2021 19:09
Nota de Opinión: Por Rubén "Gringo" Ceballos.
Después de 4 derrotas consecutivas y cerca de alcanzar la peor racha en su historia en Primera División (en el Nacional de 1971 había perdido 5 partidos consecutivos), Central Córdoba cortó la sequía de puntos y empató ante Godoy Cruz sin goles en el Malvinas Argentinas.
Enfrentaba a un equipo de buen presente, semifinalista en Copa Argentina e invicto con su entrenador Flores (más conocido como el "Traductor"), pero el conjunto del Huevo Rondina se las ingenió para ser más peligroso en un primer tiempo en el cual el local tuvo más la pelota; sin embargo, fue el Ferroviario el que generó las opciones más claras en el arco rival. Ni Mier, ni Martínez, tuvieron precisión para definir frente a Espínola.
Sin Vega, lesionado, Rondina apostó a un 4-2-3-1, con González en el lateral derecho (el más destacado en una defensa de correcto partido), Soraire y Galeano repartiéndose el círculo central y delante de ellos Mier, junto a Sequeira y Martínez por las bandas. Ribas como punta de lanza. El equipo tuvo orden táctico y prácticamente no sufrió sofocones en esa primera mitad.
El complemento invitaba a dormir una siesta, ya que Godoy Cruz monopolizaba la pelota sin aceleración y Central Córdoba ya no pudo ser tan directo. La monotonía fue total, a pesar de los cambios. Ojeda tiró afuera un remate dentro del área y Argañaraz cabeceó desviado la última pelota. Realmente poco para destacar.
El punto no sirve tanto para escalar en las tablas, pero si en lo anímico y psicológico para un plantel que se estaba acostumbrando a perder. Tiene que ser un punto de partida para corregir lo que no venía funcionando. Terminar con el arco en 0 también es un alivio para una defensa que estaba bajo la lupa.
Ya el martes se jugará con Vélez Sarsfield. Semana corta para armar un equipo que deberá cuidar el orden táctico, ante un conjunto que tiene un funcionamiento aceitado. También hay que ver como se lo puede dañar. El Ferroviario no puede permitirse seguir fallando en los últimos metros, más aún ante rivales que no suelen perdonar.