Decepcionante y preocupante
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- Publicado: Sábado, 09 Octubre 2021 15:30
Nota de Opinión: Por Rubén "Gringo" Ceballos.
Era una tarde ideal: nublada, con temperatura agradable, en el Estadio Único y con el regreso del público Ferroviario a las gradas después de casi 19 meses. Pintaba para ser una fiesta, pero el equipo fue un fiasco y perdió ante Huracán 2 a 1.
Ir perdiendo a los 5 minutos era el peor de los escenarios imaginados, más aún cuando te convierten a través de una pelota parada. Pero el equipo se levantó rápido y con un cabezazo implacable de Ribas lo empató antes del primer cuarto de hora. La enjundia tras la igualdad duró sólo un ratito más. Después vino la debacle total.
¿Qué le pasó al equipo de Rondina después de los 20 minutos iniciales? Se fue desdibujando a cada minuto, el Globo se hizo dueño del partido y sin generar chances claras, igualmente se hacía merecedor de una ventaja. El local era una sombra que iba por detrás de camisetas rojas y no hilvanaba dos pases seguidos. Galeano y Soraire podrán tener buen manejo (aunque hoy no se notó), pero juegan a gas. El equipo no tiene cambio de ritmo. Vega erró muchos pases y Argañaraz no tiene capacidad para conducir ni para crear. Ese no puede ser su rol. Sequeira ausente sin aviso y la única esperanza era embocar un centro a la cabeza de Ribas. Así era imposible pretender algo.
Temprano Ibáñez metió un zapatazo tremendo y Huracán se puso arriba con justicia. Bettini seguía sin poder parar a Cabral, mientras Salomón y Andueza jugaban fulbito entre ellos. Bay, como casi siempre, fue tan impetuoso como desprolijo. El único que se salvaba del aplazo era Rigamonti que mantuvo con esperanza al equipo. Así y todo, casi lo empata Central con un testazo de Giménez. El Ferroviario nunca encontró los caminos hacia Marcos Díaz, sin ideas ni juego era una utopía.
Indudablemente el equipo involucionó. A pesar de tropezar ante Colón, River y Lanús, había mostrado otra cara, con buenos pasajes a la hora de atacar. Contra Huracán no hay nada para destacar y se perdió una final. Rondina tiene mucho trabajo por delante, su arranque es peor que el ciclo de Berti en cuánto a números. Y el equipo se hunde en todas las tablas.
Habrá que recuperar los puntos ante Godoy Cruz en Mendoza, en otra final por los promedios. Como viene la mano, hay que agradecer que a fin de año no hay descensos. Cuesta agarrarse de algo para mantener viva la ilusión, pero sin ilusión tampoco hay vida.